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Gastón Saint-Hubert

6 Estrategias Probadas (Científicamente) Para Un Home Office Más Productivo Parte II



Han pasado quince días y seguimos en estado de cuarentena. Tu casa sigue siendo tu oficina, tu gimnasio, tu escuela y hasta tu restaurante favorito. Pasado este tiempo seguramente te hayas acostumbrado un poco más a realizar actividades que usualmente no hacías en tu casa, como armar los reportes mensuales de tu empresa sentado desde el sillón de tu casa, mientras pasan tus hijos corriendo por el pasillo y tu perro te trae la pelota para que lo hagas correr un poco.

Tu trabajo lo tenés que hacer irremediablemente, y no podés permitirte que las distracciones de tu casa arruinen la calidad de tus tareas. Pero calma, acá te mostramos la segunda parte de las estrategias para mantenerte productivo en casa. Empecemos:

Cuidá el orden de tu Espacio



Por más que seas un anti-minimalista radical, deberías tener tu espacio limpio. No estamos diciendo que no tengas tus herramientas de trabajo a mano, si no que te recomendamos que las mantengas ordenadas. La mente y el desorden no son muy buenos amigos, en ciertas ocasiones.


Si comenzás el día con el escritorio desordenado, te da una sensación de retraso en tus tareas, lo que te puede causar estrés ya desde la mañana.


También puede ser una causa de distracción constante y puede detener tu flujo o “Flow”. Cada segundo que tus ojos se van de la pantalla por culpa de un objeto que se cruzó en tu escritorio, es un segundo perdido. Lo pero, es que te puede sacar de ese estado de “Flow”, donde la mente funciona en modo automático de forma eficiente.


Todo lo que no uses a diario debe guardarse, y todo lo que no use debe tirarse directamente a la basura.


Cambiá los “Post it” por notas digitales y mantené la calma en tu espacio y los resultados en tu trabajo.

Mantené tu Espacio Limpio


Existen 400 veces más bacterias en tu escritorio que en tu baño. El estudio llevado a cabo por Clorox Co., descubrió que, sorprendentemente, las superficies en áreas de trabajo personal como oficinas y cubículos los niveles de bactería eran superiores al resto de las áreas comunes. Los teléfonos son el punto favorito de los gérmenes, seguidos de escritorios, el teclado y las manijas de puertas de microondas. Lo más sorprendente de este estudio, fue que los asientos de inodoros tuvieron consistentemente los niveles más bajos de bacterias de las 12 superficies analizadas en el estudio.

¿Qué tiene que ver con tu Productividad? No sólo reduce las chances de contagiarte de alguna gripe popular (AKA: Coronavirus), sino que te va a permitir mantener tu nivel de salud y tus defensas al tope. De esta forma, no vas a tener ninguna traba para poder seguir trabajando con energía y foco.

Entonces, ¿cómo podés trabajadores controlar la propagación de bacterias que causan enfermedades? Los expertos recomiendan limpiar regularmente tu espacio de trabajo personal. Hoy existen soluciones de desinfección con luces UV, o también con purificadores de aire. Si querés algo más casero, el uso de toallitas desinfectantes puede reducir drásticamente los niveles de contaminación y, por lo tanto, ayudar a reducir las posibilidades de tener que perderte días de trabajo productivos.


Modo On/Off



Siempre queremos terminar nuestras tareas de forma rápida para poder irnos a casa en hora. Sin embargo, esto no significa que tengas que estar tipeando como una máquina sin parar. El término “Hard Work” es cosa del pasado. Hoy lo que funciona es el “Smart Work”.

Tomarte descansos intermitentes es la mejor forma de permanecer productivo en el trabajo. Así vas a lograr que cada vez que estés trabajando, lo estés haciendo de la forma más eficiente, y no estés simplemente calentando la silla.

No tomarte descansos puede causar que tu mente se sienta cansada y tu creatividad se vea impactada negativamente. Una de las formas más efectivas de asegurarte un trabajo productivo es aplicar la técnica de Pomodoro, como lo discutimos en este post.

La técnica Pomodoro es probablemente uno de los métodos de productividad más simples para implementar. Lo único que necesitás es un temporizador. Acá te mostramos cómo comenzar con Pomodoro, en cinco pasos:


· Ordená tus tareas en series de 25 minutos.

· Cada 25 minutos de trabajo, tomate 5 minutos de Descanso.

· Repetí la secuencia 4 veces totalizando 2 horas.

· Al finalizar los 4 rounds tomate un Descanso de 10 a 15 minutos.

· Repetilo durante toda la jornada.


Algunas aplicaciones que te van a ayudar a mantenerte fiel a esta técnica:


Finalmente, es importante recordar que Pomodoro es un sistema de productividad, no una cadena a la cual estás atado. Si está avanzando en un estado de “Flow” y el temporizador suena, está bien pausar el temporizador, terminar lo que está haciendo y luego tomar un descanso. El objetivo es ayudarte a entrar en la zona y concentrarse, pero también es recordarte que es hora de respirar. Los descansos regulares son importantes para tu productividad.

Asegurate que cada vez que estás trabajando, lo estás haciendo al cien por ciento.

Reducí tu Lista de Tareas al Mínimo


Te vamos a seguir convenciendo que el camino a seguir es de Trabajo Sensato y no Trabajo Duro.


Al comienza tu día, dedícate 10 minutos a crear una lista de las cosas que pensás que tenés que hacer en el día. Luego, tomate otros cinco haciendo una lista aún más corta, pero esta vez, incluí sólo las tareas que sabés que si llevás a cabo, te vas a sentir bien al final del día. Como dice Jim Collins, autor del libro Good to Great “Si tenés más de tres prioridades, entonces no tenés ninguna”. Es fundamental que logres identificar las tareas que van a llenar tu día y te generan mayores resultados. De esta forma vas a cuidar tu tiempo y tu salud, ya que tus niveles de estrés van a ser menores, por sentirte que has cumplido con tus objetivos.



Según los expertos en cognición, mantener una lista de tareas compacta es fundamental en esta era digital. En su libro, La mente organizada: pensando directamente en la era de la sobrecarga de información, Daniel J Levitin afirma que puede ayudarte a vivir como una “estrella de rock”.


Su argumento es que los cerebros humanos solo pueden prestar atención a tres o cuatro cosas a la vez, por lo que es esencial escribir una tarea que planeamos hacer más adelante. Si no lo hacemos, "tenemos miedo de olvidarlo, por lo que nuestro cerebro lo repite, dándole vueltas y más vueltas en círculos en algo que los psicólogos cognitivos llaman el ciclo de ensayo" y nos saca energía y foco fundamental para el resto de las tareas.


Algo que te puede ayudar mucho es leer el libro “The One Thing” por Gary Keller, quien nos hace preguntarnos lo siguen a diario: “¿Cuál es la cosa que tengo que hacer, tal que haciéndola todo lo demás va a ser más simple?”

Alimentá tu cuerpo, pensando en tu Mente



¿Qué pensás que demanda más energía, tus piernas a la hora de hacer sentadillas o tu cerebro cuando tiene que enfrentarse a un trabajo demandante?

Si respondiste lo primero, estás equivocado. El cerebro es un órgano que consume mucha energía y tanto es así que utiliza alrededor del 20 por ciento de las calorías del cuerpo, por lo que necesita suficiente combustible para mantener la concentración durante todo el día.

El cerebro también requiere ciertos nutrientes para mantenerse saludable. Los ácidos grasos Omega-3, por ejemplo, ayudan a construir y reparar las células cerebrales, y los antioxidantes reducen el estrés celular y la inflamación, que están relacionados con el envejecimiento cerebral y los trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de Alzheimer.


Si bien puede ser tentador ir en busca del chocolate o un snack lleno de azúcar en momentos de cansancio, tensión o bajo presión, esto no hace otra cosa más que dañar la mente y el cuerpo. Cuando consumimos alimentos altos en azúcar, sentimos un aumento de energía instantáneo, pero rápidamente se revierte y afecta nuestros niveles de energía y como consecuencia, nuestras funciones cognitivas se reducen, quedándonos aún más cansados.


Por ello si tenés hambre en el trabajo es fundamental que adoptes un enfoque más sensato y te preguntes:



¿Estás realmente hambriento? ¿O simplemente deshidratado? ¿O con un poco de ansiedad? Al principio será difícil que logres diferenciarlo, pero con el tiempo podrás leer tu cuerpo de forma más eficiente.

Con respecto a algunos tipos de comida que te pueden ayudar a tener un “Super Cerebro”, podés probar con:

  • Palta: Ayuda a mantener un flujo sanguíneo saludable y ofrece una buena fuente de grasas monoinsaturadas.

  • Arándanos (o cerezas): Protege tu cerebro del estrés oxidativo y reduce el efecto del envejecimiento cerebral.

  • Aceite de coco: Ácido graso de cadena media, que enciende los hornos de quema de grasa de su cuerpo para ayudar a crear cetonas.

  • Huevos: Lleno de colina que mejora la memoria, Omega-3 y vitamina E

  • Salmón: O cualquier tipo de pez salvaje de aguas profundas ricos en Omega-3 y DHA. Las sardinas también son buenas.

  • Cúrcuma: Reduce la inflamación y ayuda a aumentar los niveles de antioxidantes, mantiene su sistema inmunológico saludable y mejora la ingesta de oxígeno del cerebro para que esté alerta y pueda procesar la información

  • Nueces: Altos niveles de antioxidantes y zinc, rico en vitamina E, que protege tus neuronas y las condiciones de envejecimiento cerebral. También contiene mucho magnesio, que mejora su estado de ánimo y, por lo tanto, su cerebro.

  • Chocolate amargo: Mejora tu concentración, concentración y estado de ánimo y estimula las endorfinas. Generalmente, cuanto más oscuro es el chocolate, más puro y mejor para tu cerebro

  • Café: La cafeína en el café bloquea una sustancia en el cerebro llamada adenosina, que hace que la persona se sienta con sueño. Más allá de aumentar el estado de alerta, un estudio de 2018 sugiere que la cafeína también puede aumentar la capacidad del cerebro para procesar información. El café también es una fuente de antioxidantes, que pueden apoyar la salud del cerebro a medida que una persona envejece. Un estudio ha relacionado el consumo de café de por vida con un riesgo reducido de: deterioro cognitivo, Enfermedad de Parkinson, Enfermedad de Alzheimer.

Designá tu Zona de Puro Trabajo



Sabés que las distracciones en tu casa son infinitas. Cada vez que le quitás la vista de su computadora, hay un programa de televisión de fondo, un vaso que debe lavarse o un familiar que está ansioso por contarte una historia. Tu única solución sería es ser transportado a una isla aislada (preferiblemente con Wi-Fi) para que pueda reenfocarse en tu trabajo.


Salvo que hagas algo más simple como designar un espacio dedicado puramente a tu trabajo, que promueva tu concentración y estimule tu creatividad, que te aíslen de las distracciones que acechan en cada esquina.


¿Por qué más importa?


Cuando hacemos más de una cosa en un solo lugar, se hace más difícil hacer solo la tarea que debes hacer, ya que nuestro cerebro no está acostumbrado a realizar tareas en ese lugar, y se puede poner en modo descanso en vez de trabajo.


Cuando estás en tu escritorio haciendo cosas diferentes cada vez (brainstorming, leyendo correos electrónicos, gestionando proyectos, etc.) puede que tu mente se disperse y se preguntarte qué es lo que realmente debes hacer, ya que ha asociado ese lugar con muchos tipos de tareas.


Lo mismo ocurre con tu cama: Al usar tu cama para mirar televisión, leer un libro, navegar por las redes, estás usando tu cama para trabajar y jugar. Luego te preguntás por qué no podés caer dormido y usarla sólo para dormir y soñar. Estás confundiendo tu mente al hacer diferentes actividades en un solo lugar.


Así que te recomendamos que aísles tu espacio de trabajo, de tu espacio de relax. Algunas cosas que podés hacer:


  • Colocar un Biombo para separar la visual.

  • Instalarte en la Sotea

  • Ponerte en un espacio con color de piso diferente (esto ayuda a reforzar el límite del área de trabajo)

  • Centralizar las herramientas digitales


Siempre recordá que sin importar la estrategia que adoptes, debés mantener tu propio diseño de espacio de trabajo.


Palabra Final


Trabajar desde casa ya no es una opción, sino una obligación, como también lo es el hecho que mantengas la calidad de tu trabajo al tope. Si en la oficina te parece difícil poder concentrarte, en casa no vas a estar mucho mejor, salvo que adoptes algunas de las estrategias que aprendiste en este post y el anterior.


La productividad se logra con disciplina, sea en tu casa o en la oficina. Lo bueno es que lo único que diferencia la oficina de tu casa, es la capacidad de controlar las cosas, así que aprovechá ese control que tenés en tu casa, minimizá las distracciones y equípate con las herramientas de un profesional.


¿Cuál es tu secreto de productividad en tu casa? Te escuchamos.

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